martes, 14 de septiembre de 2010

Fin de la Guerra Fria.


 Se puede definir a la "GUERRA FRIA" como el estado de tensión y de fricción constante entre dos o más países, en el que cada uno de los antagonistas adopta decisiones con el propósito de aumentar sus fuerzas y debilitar las del otro, pero sin llegar a la guerra directa. Podemos citar como fecha inicial de esta peculiar situación política, la culminación de la Segunda Guerra Mundial y, más concretamente, a partir de la actitud soviética respecto a su zona de ocupación en Berlín.
La ciudad de Berlín fue hasta 1945 la capital de Reich, fecha en que quedó ocupada por el ejército "rojo"; y administrada después conjuntamente por las cuatro potencias aliadas formando una Comandancia.
En el Protocolo de Londres en 1944 se dispuso que el territorio de Berlín, en su calidad de territorio especial –fuera de las zonas de ocupación- sería administrado conjuntamente por las fuerzas armadas de E.E.U.U, el Reino Unido, y la Unión Soviética; en un Protocolo Adicional se acordó posteriormente la incorporación de Francia.
La rápida evolución en favor de la URSS en la Europa oriental, como consecuencia de la situación postbélica y la presencia del Ejército Rojo, determinó una amplia área de influencia comunista cuya imaginaria línea demarcatoria, que iba de Stettin a Trieste, recibió de Churchill la gráfica denominación de "telón de acero". El 5 de marzo de 1946, el Primer Ministro Británico Winston Churchill dijo "… desde Stettin, en el Báltico, hasta Trieste, en el Adriático, una cortina de hierro ha descendido a lo largo del continente".
A partir de 1947, los acontecimientos que consagraron la ruptura entre los antiguos aliados se precipitaron. Los gobiernos de coalición previstos para los países de la Europa oriental no fueron duraderos. El proceso de concentración del poder efectivo en manos de los partidos comunistas nacionales, iniciado desde el mismo fin de la guerra, afectó a Bulgaria, Rumania, Albania, Polonia, Hungría y la en ese entonces Checoslovaquia.
"La creación por Stalin de la "Kominform" (Oficina de información comunista), en septiembre de 1947, destinada a asegurar la cohesión de los regímenes prosoviéticos, la guerra civil de Grecia (1946- 1949) y el golpe de Praga (1948) tuvieron su respuesta en el feroz anticomunismo de la doctrina de Truman, la aplicación del plan Marshall de ayuda económica a las democracias europeas, la consumación de la alianza atlántica con la creación en 1949 de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que contribuyeron a ahondar las divergencias de uno y otro bando y a tensar las relaciones hasta límites peligrosos para la paz mundial".
"Hacia 1947, Estados Unidos e Inglaterra plantearon la imposibilidad de administrar conjuntamente Alemania. Posteriormente, ocasiona la ruptura con Rusia cuando Molotov (representante de la U.R.S.S.) abandona la Conferencia de París, reunida para discutir el Plan Marshall". 
Tras el fracaso de esta Conferencia, resulta inevitable crear dos entidades en Alemania: una que rigiera la zona soviética de ocupación y la otra las tres zonas del Oeste.
Ante el temor de la expansión del comunismo en Europa y la gravedad de la situación económica, las potencias occidentales tomaron una serie de medidas que marcaron la profundidad de la grieta ideológica entre los vencedores. Mientras en su sector la URSS organizaba la economía y la sociedad de acuerdo a principios comunistas, EE.UU., Gran Bretaña y Francia fusionaron los suyos y pusieron todos los medios para una rápida reconstrucción del país. En este sentido, los aliados occidentales no sólo condonaron gran parte de las indemnizaciones de guerra de las que Alemania era deudora, sino que aportaron importantes cantidades de capital, sobre todo a través del plan Marshall estadounidense, que derivaron en la reforma monetaria de 1948 y en la creación de un marco de gran fortaleza, cuya introducción en la zona soviética provocó, como reacción más espectacular y preludio de la división del país, el bloqueo de Berlín, entre el 24 de Junio de 1948 y el 12 de Mayo de 1949. (Vicens Vives, 1979)
En 1948, medidas soviéticas obligaron a la administración alemana de la ciudad, a limitarse a la parte ocupada por las potencias occidentales (Berlín-Oeste). Los rusos nombraron una administración municipal, que bajo la dirección de un "Burgomaeste", se encargó de regir los destinos de esa parte de la ciudad; abandonando el Consejo Aliado de Control y la Comandancia Aliada.
"La partición de Alemania se consumó con la constitución de la República Federal de Alemania (RDF) por los occidentales, el 23 de Mayo de 1949 – gobernada por el canciller Konrad Adenauer y de la República Democrática de Alemania (RDA) por los rusos, el 7 de Octubre del mismo año, presidida por Walter Ulbrich, entidades estatales que no ejercieron su soberanía hasta la derogación del Estatuto de Ocupación en 1955".

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