martes, 14 de septiembre de 2010

Conosolidacion y Crisis de las Estructuras Historicas: Siglo XX

Primera Guerra Mundial.
Formas de Gobierno.
Capitalismo y Socialismo.
La Alemania Nazi: La Segunda Guerra Mundial.
Relaciones Internacionales.
Revolucion Rusa, China y Cubana.
Del Mundo Bipolar al Mundo Unipolar.
Caida del Muro de Berlin.
Fin de la Guerra Fria.
El Nuevo Orden Mundial y el Proceso de Globalizacion.
Conflictos Regionales.

Primera Guerra Mundial.



El 3 de agosto de 1914 era ya un hecho la primera guerra mundial, el ministro británico de asuntos exteriores Edward Grey se hallaba frente a su ventana de su despacho y veía sobre Londres el crepúsculo, entonces pronunció unas palabras que se han hecho famosa: "En toda Europa se apagan ahora las luces: puede suceder que jamás volvamos a verlas encendidas".
Su predicción se cumplió, la guerra que entonces empezaba significó la muerte de la vieja Europa, el final de los viejos tiempos el desmoronamiento definitivo de una concepción del mundo. Esta guerra, que tendría que haber puesto fin a las guerras, dio origen a nuevos enfrentamientos, a nuevas guerras. El conflicto fue provocado en Sarajevo, el 28 de junio de 1914 cuando el heredero del trono austro-húngaro, el archiduque Francisco Fernando cayó víctima de un terrorista servido. Pero como es natural, las causas de la guerra eran más profundas, consistían fundamentalmente en 3 antagonismos:
1.- Entre Alemania y Francia, en forma de una enemistad reactivada por la derrota francesa de 1871, y la pérdida de Alsacia-Lorena.
2.- Entre Alemania e Inglaterra, competencia en el terreno de la industria de la política colonial y del rearme maruno.
3.- Entre Austria-Hungría y Rusia, por el dominio de los Balcanes.
El conflicto militar que comenzó como un enfrentamiento localizado en el Imperio Austro-Húngaro y Serbia el 28 de julio de 1914; se transformó en un enfrentamiento armado a escala europea cuando la declaración de guerra austro-húngara se extendió a Rusia el 1 de agosto de 1914; Finalmente, pasó a ser una guerra mundial en la que participaron 32 naciones. Veintiocho de ellas, denominadas aliadas o potencias asociadas y entre las que se encontraban Gran Bretaña, Francia, Rusia, Italia y Estados Unidos, lucharon contra la coalición de los llamados Imperios Centrales, integrada por Alemania, Austria-Hungría, Imperio Otomano y Bulgaria.
La causa inmediata del inicio de las hostilidades entre Austria-Hungría y Serbia fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Habsburgo, heredero del trono austro-húngaro, cometido en Sarajevo el 28 de junio de 1914 por Gavrilo Princip, un nacionalista serbio.
No obstante, las causas profundas del conflicto remiten a la historia europea del siglo XIX, concretamente a las tendencias económicas y políticas que imperaron en Europa desde 1871, año en el que fue fundado el II Imperio Alemán, y este Estado emergió como una gran potencia.
Entre 1914 y 1918 se desarrolló en Europa la mayor conflagración hasta entonces conocida. Motivada por conflictos imperialistas entre las potencias europeas, la "gran guerra", como se denominó originalmente a la primera guerra mundial, implicó a toda la población de los estados contendientes, así como a la de sus colonias respectivas.
Se puede decir entonces que el origen de la primera contienda mundial debe buscarse en la existencia de dos grandes bloques antagónicos: la Triple Alianza (Alemania, Imperio austro-húngaro e Italia) y la Triple Entente (Francia, Gran Bretaña y Rusia), aunque su causa inmediata fue el asesinato en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando de Austria el 28 de junio de 1914. Viena, que consideraba con recelo el engrandecimiento de Servia, se apresuró a culparla del magnicidio y exigió satisfacciones como preámbulo de su declaración de guerra el 28 de julio. Rusia, erigida en campeona de los países eslavos frente a Austria, proclamó la movilización general, mientras Alemania, que había dado seguridades a su aliada para una ayuda total en caso de conflicto con Rusia, envió un ultimátum a este país, y otro a Francia como advertencia y más tarde la declaración de guerra a ambos países.
Por su parte, Inglaterra, que vacilaba en comprometerse con sus aliados, reaccionó al exigir Alemania a Bélgica paso libre para sus tropas.
EL PLAN SCHLIEFFEN.
Los alemanes contaban con deshacerse enseguida de Francia y dirigir luego sus golpes contra Rusia. Su confianza se basaba en el Plan Schlieffen para rodear el poderoso sistema francés de fortificaciones. El plan preveía que el ala derecha, que concentraba el grueso de las fuerzas alemanas, efectuara un avance arrollador a través de Bélgica, mientras el ala izquierda, mucho menos potente, incitaría al enemigo al ataque. Al pasar los franceses a la ofensiva contra el ala izquierda, harían funcionar el dispositivo como una puerta giratoria: cuanto más presionara, con tanta mayor violencia giraría el ala derecha a la zaga. Sin embargo, el plan fracasó, los frentes llegaron a estabilizarse y las trincheras se extendieron desde la frontera suiza hasta el canal de la Mancha. En febrero de 1916, el alemán Falkenhayn desencadenó un violento ataque contra Verdún, que ocasionó una verdadera carnicería en ambos ejércitos y no se tradujo en éxito alguno para los atacantes.
FRENTE ORIENTAL E INTERVENCIÓN ESTADOUNIDENSE.
Entretanto, en el otro extremo de Europa se iba despejando la incógnita. A despecho de la pérdida de Galitzia por los austríacos, del revés alemán en Gummbinnen (agosto 1914) y del avance ruso por Prusia Oriental, Hindenburg y su jefe de Estado Mayor, Erich Ludendorff (foto) , lograron aplastar a las fuerzas del zar en Tannenberg (26-30 agosto). En 1917 Berlín reanudó la guerra submarina total, lo que acarrearía la entrada de Estados Unidos en la contienda (6 abril 1917). Los alemanes desencadenaron el 21 de marzo de 1918 una serie de embestidas que rompieron varias veces el frente aliado en San Quintín, Lys y el Aisne; pero, pese a tan brillantes resultados, se produjo el agotamiento de las energías germanas. El 3 de octubre, el príncipe Max de Baden, canciller del Reich, pedía a Wilson un armisticio inmediato. El 29 capitulaba Austria y el 31 Turquía, mientras Alemania firmaría la paz y su derrota en Versalles (28 julio 1919).
En el transcurso de la I Guerra Mundial fueron famosas, por su encarnizamiento y su valor estratégico, las batallas de: Arrás, Artois, Cambrai, Caporetto, Jutlandia, Marne, Somme, Tannenberg, Verdún e Yprès.
Fueron muchos los enfrentamientos que se dieron en el transcurso de los cuatro años que duró la primera guerra mundial, un desarrollo cronológico de la misma podrá observarse en anexos.
ANTECEDENTES DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL.
Fueron varias los enfrentamientos que sirvieron de preludio a la primera guerra mundial, entre ellos se pueden mencionar:
1.-La guerra franco-prusiana:
En 1870 Francia fue vencida por el ejército prusiano, disciplinado y bien armado, mandado por Moltke. Se completó la unidad de Alemania y los príncipes de muchos Estados reconocieron como emperador a Guillermo. La derrota y las pérdidas territoriales colocaron a Francia en situación tirante con Alemania.
2.-La liga de los tres emperadores:
La máxima ambición del canciller de hierro alemán Bismarck, era mantener aislada a Francia. Se vio realizada en 1873 mediante la Liga de los Tres Emperadores: el de Alemania, el estado más fuerte del continente.
3.- La Triple Alianza:
En los Balcanes, el enfrentamiento de los intereses rusos y austríacos condujo en 1878 a la disolución de la Liga de los Tres Emperadores. En 1879 la alianza entre Alemania y Austria-Hungría se hizo más fuerte y en 1882 se amplió con Italia. En 1887 Alemania y Rusia firmaron un tratado mediante el cual estrecharon sus relaciones.
4.- La Triple Entente:
El nuevo emperador de Alemania Guillermo II destituyó a Bismarck y no renovó el tratado con Rusia, lo que aprovechó Francia que estaba aislada para aliarse con Rusia en 1894. En 1904 se alió también con Inglaterra. Poco después se aliaron también Inglaterra y Rusia, con lo que en 1907 quedó terminada la Triple Entente. El cerco de Alemania era ya un hecho.
5.- Las primeras descargas:
El camino hacia la catástrofe de 1914 pasó por Marruecos y los Balcanes. En el Marruecos francés intentaron hacerse valer los intereses comerciales alemanes, la consecuencia entre otras, fue la crisis de Agadir de 1911. La debilidad de Turquía llevó a sus amigos a la ruina.
LAS DECLARACIONES DE GUERRA.
Austria declaró la guerra a Serbia el 28 de julio, ya fuera porque creía que Rusia no llegaría a unirse a Serbia o porque estaba dispuesta a correr el riesgo de un conflicto europeo general con tal de poner fin al movimiento nacionalista serbio. Rusia respondió movilizándose contra Austria. Alemania advirtió a Rusia de que si persistía en su actitud le declararía la guerra, y consiguió que Austria accediera a discutir con Rusia una posible modificación del ultimátum enviado a los serbios.
No obstante, Alemania insistió en que los rusos retiraran sus tropas inmediatamente. Rusia se negó a hacerlo y Alemania le declaró la guerra el 1 de agosto.
Los franceses comenzaron la movilización de sus fuerzas ese mismo día; las tropas alemanas cruzaron la frontera de Luxemburgo el 2 de agosto y Alemania declaró la guerra a Francia el 3 de agosto. El día anterior, el gobierno alemán había informado al gobierno belga de su intención de marchar sobre Francia cruzando Bélgica, a fin de evitar que los franceses utilizaran esta ruta para atacar Alemania. Las autoridades belgas se negaron a permitir el paso por su territorio de las tropas alemanas y recurrieron a los países firmantes del Tratado de 1839 —en el que se garantizaba la neutralidad de Bélgica en el caso de un conflicto en el que estuvieran implicados Gran Bretaña, Francia y Alemania— para que se cumpliera lo establecido en dicho acuerdo. Gran Bretaña, uno de los países signatarios del Tratado de 1839, envió un ultimátum a Alemania el 4 de agosto en el que se exigía que se respetara la neutralidad de Bélgica; Alemania rechazó la petición y el gobierno británico le declaró la guerra ese mismo día.
Italia permaneció neutral hasta el 23 de mayo de 1915, cuando rompió su pacto con la Triple Alianza para satisfacer sus aspiraciones territoriales y declaró la guerra a Austria-Hungría. La unidad de los aliados se fortaleció en septiembre de 1914 a través del Pacto de Londres, firmado por Francia, Gran Bretaña y Rusia. A medida que avanzaba la contienda, fueron sumándose al conflicto países como el Imperio otomano, Japón, Estados Unidos y otras naciones del continente americano. Japón, que había firmado una alianza con Gran Bretaña en 1902, declaró la guerra a Alemania el 23 de agosto de 1914, y el 6 de abril de 1917 lo hizo Estados Unidos.
CAUSAS DE LA I GUERRA MUNDIAL.

La causa inmediata que provocó el estallido de la primera guerra mundial fue, como ya sé mencionó, el asesinato del archiduque de Austria-Hungría, Francisco Fernando, en Sarajevo Serbia, el 28 de Junio de 1914.


Los verdaderos factores que desencadenaron la I Guerra Mundial fueron el intenso espíritu nacionalista que se extendió por Europa a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX, la rivalidad económica y política entre las distintas naciones y el proceso de militarización y de vertiginosa carrera armamentística que caracterizó a la sociedad internacional durante el último tercio del siglo XIX, a partir de la creación de dos sistemas de alianzas enfrentadas.

Formas de Gobierno.

FORMAS DE GOBIERNO
Las formas de gobierno pueden diferir dependiendo del modo en que se generen los poderes públicos, de las estructuras que asumen y de sus facultades.
Una clasificación clásica de las formas de gobierno es la de Montesquieu (1689 -1755), quien distinguió básicamente dos formas: La Monarquía y La Republica.
La Monarquía:
La titularidad del poder ejecutivo se adquiere hereditariamente, se la conserva de por vida y no se tiene responsabilidad política en su gestión. En la actualidad en la Monarquía existen además del Monarca, que es el jefe del estado, un Jefe de Gobierno o Primer Ministro, que si responde políticamente.
La Republica:
En esta forma de gobierno, el Jefe del Estado es elegido por el pueblo, ya sea en forma directa o indirecta, dura temporalmente en su cargo y es políticamente responsable.
Otra distinción posible de establecer de las formas de ejercer el poder político es la de gobiernos autocráticos y gobiernos democráticos. Los gobiernos de formas autocráticas pueden derivar en:
Autoritarismo:
Se suele llamar autoritarios a los regímenes que privilegian el aspecto del mando y menosprecian la participación, concentrando su poder político en un solo hombre o un solo órgano y restando valor a las instituciones representativas.
Totalitarismo:
Los elementos constitutivos del totalitarismo son la ideología totalitaria, el partido único, el dictador, el terror. La ideología totalitaria proporciona una explicación indiscutible del curso histórico, una crítica radical de la situación existente y una guía para su transformación igualmente radical.
Los regímenes Democráticos, por su parte, pueden asumir distintas formas:
Democracia Directa:
Donde el pueblo ejerce por sí mismo la soberanía. Ejemplo Atenas.
Democracia Semidirecta:
Donde el pueblo delega el ejercicio de una parte de la soberanía en sus gobernantes, pero se reserva el ejercicio de otros. ( Plebiscito).
Democracia Representativa:
En esta forma de gobierno, el pueblo delega la soberanía en autoridades elegidas en forma periódica y que son políticamente responsables.

Capitalismo y Socialismo.


El socialismo en el siglo XX.
El socialismo alcanzó su apogeo político durante el siglo XX en el bloque socialista de Europa, la URSS, estados socialistas de Asia y del Caribe.
Cartel propagandístico soviético, ilustra a Lenin "limpiando" simbólicamente el mundo de los reyes, ricos e imperialistas, glorificando así el socialismo.
Durante la segunda mitad del siglo XX fue de gran importancia para el llamado bloque socialista, que la Unión Soviética liberara a los países ocupados del Tercer Reich en el frente oriental durante la Segunda Guerra Mundial, pues estos mismos posteriormente adoptaron sistemas de gobierno socialistas que hicieron que el campo socialista alcanzara un amplio dominio.
Indicadores del auge socialista durante el siglo XX son por ejemplo, los grandes avances en la tecnología, como por ejemplo en los programas espaciales, así como la gran tecnología militar, principalmente en la Unión Soviética. La contrapartida es el abandono de los principios socialistas por la burocracia estatal, que no salió de la economía de guerra y limitó la democracia socialista.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la tensión militar-ideológica entre el bloque socialista, encabezado por la URSS, y el capitalista, encabezado por Estados Unidos, desembocó en un enfrentamiento político que se conocería como Guerra Fría. Se conoció de ella extraoficialmente y fue la competencia por la superioridad en todos los aspectos y lograr así el dominio completo (pero no directo) de la mayor cantidad de países. Culminó con la desintegración de la URSS por sus contradicciones económicas y políticas y fuertes presiones externas, y seguida de una repentina crisis en los demás estados socialistas, principalmente los europeos
El capitalismo en el siglo XX.
Durante casi todo el siglo XX, el capitalismo ha tenido que hacer frente a numerosas guerras, revoluciones y depresiones económicas. La I Guerra Mundial provocó el estallido de la revolución en Rusia. La guerra también fomentó el nacionalsocialismo en Alemania, una perversa combinación de capitalismo y socialismo de Estado, reunidos en un régimen cuya violencia y ansias de expansión provocaron un segundo conflicto bélico a escala mundial. A finales de la II Guerra Mundial, los sistemas económicos comunistas se extendieron por China y por toda Europa oriental. Sin embargo, al finalizar la Guerra fría, a finales de la década de 1980, los países del bloque soviético empezaron a adoptar sistemas de libre mercado, aunque con resultados ambiguos. China es el único gran país que sigue teniendo un régimen marxista, aunque se empezaron a desarrollar medidas de liberalización y a abrir algunos mercados a la competencia exterior. Muchos países en vías de desarrollo, con tendencias marxistas cuando lograron su independencia, se tornan ahora hacia sistemas económicos más o menos capitalistas, en búsqueda de soluciones para sus problemas económicos.
En las democracias industrializadas de Europa y Estados Unidos, la mayor prueba que tuvo que superar el capitalismo se produjo a partir de la década de 1930. La Gran Depresión fue, sin duda, la más dura crisis a la que se enfrentó el capitalismo desde sus inicios en el siglo XVIII. Sin embargo, y a pesar de las predicciones de Marx, los países capitalistas no se vieron envueltos en grandes revoluciones. Por el contrario, al superar el desafío que representó esta crisis, el sistema capitalista mostró una enorme capacidad de adaptación y de supervivencia. No obstante, a partir de ella, los gobiernos democráticos empezaron a intervenir en sus economías para mitigar los inconvenientes y las injusticias que crea el capitalismo.
Así, en Estados Unidos el New Deal de Franklin D. Roosevelt reestructuró el sistema financiero para evitar que se repitiesen los movimientos especulativos que provocaron el crack de Wall Street en 1929. Se emprendieron acciones para fomentar la negociación colectiva y crear movimientos sociales de trabajadores que dificultaran la concentración del poder económico en unas pocas grandes corporaciones industriales. El desarrollo del Estado del bienestar se consiguió gracias al sistema de la Seguridad Social y a la creación del seguro de desempleo, que pretendían proteger a las personas de las ineficiencias económicas inherentes al sistema capitalista.
El acontecimiento más importante de la historia reciente del capitalismo fue la publicación de la obra de John Maynard Keynes, La teoría general del empleo, el interés y el dinero (1936). Al igual que las ideas de Adam Smith en el siglo XVIII, el pensamiento de Keynes modificó en lo más profundo las ideas capitalistas, creándose una nueva escuela de pensamiento económico denominada keynesianismo.
Keynes demostró que un gobierno puede utilizar su poder económico, su capacidad de gasto, sus impuestos y el control de la oferta monetaria para paliar, e incluso en ocasiones eliminar, el mayor inconveniente del capitalismo: los ciclos de expansión y depresión. Según Keynes, durante una depresión económica el gobierno debe aumentar el gasto público, aun a costa de incurrir en déficits presupuestarios, para compensar la caída del gasto privado. En una etapa de expansión económica, la reacción debe ser la contraria si la expansión está provocando movimientos especulativos e inflacionistas.
El socialismo es un orden socioeconómico basado en la propiedad pública de los medios de producción, el control colectivo y planificado de la economía por parte de la sociedad como un entero. También se define por socialista a toda teoría, doctrina o movimiento que aboga por su implantación. El socialismo puede ser no-estatal (mediante la propiedad comunitaria en un sentido amplio) o estatal (a través de la nacionalización y la planificación económica de la producción).
En un sistema socialista, al establecerse la propiedad social (colectiva) de los medios de producción, desaparece cualquier forma de propiedad privada de los bienes de capital y con esta el capitalismo como forma de apropiación del trabajo asalariado, que supone en la teoría marxista una forma de explotación por vía económica. Siendo el capitalismo la última sociedad con clases dentro de la secuencia histórica de los modos de producción de Karl Marx, esto comportaría a su vez la desaparición de las clases sociales que son generadas por los diferentes orígenes del ingreso, dando así por superada la lucha de clases como motor histórico.

La Alemania Nazi: La Segunda Guerra Mundial.

Nazi es la contracción de la palabra alemana Nationalsozialistische, que significa 'nacionalsocialista', y hace referencia a todo lo relacionado con el régimen que gobernó Alemania de 1933 a 1945 con la llegada al poder del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP, Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei), el autoproclamado Tercer Reich y Austria a partir de la Anschluss, así como los demás territorios que lo conformaron (Sudetes, Memel, Danzig y otras tierras en Polonia, Francia, Checoslovaquia, Hungría, Holanda, Dinamarca y Noruega). La Alemania de este período se conoce como la Alemania nazi.
El nazismo es uno de los movimientos fascistas (otros son el fascismo italiano y el militarismo japonés) que se desarrollaron y tomaron el poder político después de la primera Guerra Mundial. Los fascismos impulsaron regímenes totalitarios y nacionalistas a ultranza que se fundaron en el militarismo, el intervencionismo, la intolerancia política y el racismo y que llevaron a sus países a una segunda guerra mundial. 
Después de la primera Guerra Mundial.
Los tratados de paz que dieron fin a la primera Guerra Mundial no dejaron contento a nadie. Las tensiones entre las potencias de Europa, Japón y Estados Unidos por mantener una posición privilegiada, las hostilidades del mundo capitalista contra la Unión Soviética y la expansión de tendencias socialistas provocaron que durante los años veinte y treinta del siglo XX proliferaran las luchas económicas, sociales y políticas, nacionales e internacionales.
Después de la guerra quedaron desocupados millones de hombres que, al abandonar los ejércitos, no encontraron trabajo y no podían dar sustento a sus familias. El sentimiento de desamparo e impotencia fue generalizado. El oportunismo político se puso a la orden del día y entre las capas sociales más afectadas por la crisis de la posguerra prendieron una serie de ideas nacionalistas que crearon un ambiente de intolerancia y revanchismo.
Crisis en Alemania.
Tras ser derrotada en la primera Guerra Mundial, Alemania se vió obligada a ceder territorios, renunciar a sus colonias, entregar su parte de su armamento y su flota, y mantener un ejército reducido.
En 1918, estalló una revolución que proclamó la República socialista de Alemania (República de Weimar) y estableció derechos democráticos. Sin embargo, la desigualdad social continuó. Los junkeres, terratenientes de tipo feudal de la Alemania oriental, y los ricos industriales conservaron sus posiciones privilegiadas y quisieron restringir los derechos democráticos que e se consagraron en la Constitución de 1919.
Después de un período de auge económico, sobrevino la crisis de 1929-32, que sumió en el desempleo a muchos trabajadores alemanes. La miserable situación que afectó a la población en esos años ayudó a que grupos reaccionarios estimularan una conciencia fuertemente nacionalista que exigía reparar la “dignidad alemana” a través de la recuperación de territorios y la independencia de la sujeción que otras naciones tenían sobre Alemania.
La segunda guerra mundial fue un conflicto armado que se extendió prácticamente por todo el mundo entre los años 1939 y 1945. Los principales beligerantes fueron, de un lado, Alemania, Italia y Japón, llamadas las potencias del eje, y del otro, las potencias aliadas, Francia, el Reino Unido, los Estados Unidos, la Unión Soviética y, en menor medida, China. La guerra fue en muchos aspectos una consecuencia, tras un difícil paréntesis de veinte años, de las graves disputas que la primera guerra mundial había dejado sin resolver. La frustración alemana después de la derrota y los duros términos del Tratado de Versalles, junto con la intranquilidad política y la inestabilidad social que afectaron crecientemente a la república de Weimar, tuvieron como resultado una radicalización del nacionalismo alemán. De esta forma se produjo el advenimiento al poder de Adolf Hitler, jefe del Partido Obrero Alemán Nacional Socialista (NSDAP), o partido nazi, de ideología totalitaria, ultranacionalista y antisemita.
Después de haberse otorgado plenos poderes en 1933, Hitler, que había asumido el título de Fuhrero caudillo del Tercer Reich, impulsó el rearme secreto de Alemania. Aprovechó la falta de decisión de las potencias europeas para oponerse activamente a sus designios y ordenó la ocupación militar de Renania en marzo de 1936, decisión que contravenía unilateralmente el Tratado de Versalles. 

En ese mismo año, Benito Mussolini, el dictador fascista de Italia, que ya se había embarcado en una agresión a Abisinia (Etiopía), firmó con Hitler un acuerdo secreto germano-italiano que daría lugar al establecimiento del Eje Romano-Berlín. Al año siguiente, Italia se unió al pacto que Alemania y Japón habían firmado en 1936. Fue el llamado pacto tripartito. 
Alemania e Italia intervinieron, en nombre del anticomunismo, en la guerra civil española iniciada en 1936.

Relaciones Internacionales.


El término de relaciones internacionales designa tanto a un sector de la realidad social como la consideración científica del mismo. Las relaciones internacionales como disciplina científica inician su camino a partir de la primera guerra mundial, pero tienen sus fundamentos históricos en otras disciplinas, como por ejemplo, en la historia diplomática, en el derecho internacional y en la diplomacia. Las relaciones internacionales como ciencia se desarrollan a partir del siglo XX. Esta generalización no supone que las relaciones internacionales no sean objeto de debate por otros estudiosos, y que adquirieron un carácter interdisciplinario asumiendo ciertas denominaciones tales como " Política mundial" " Política Internacional" " Relaciones Internacionales”.
La segunda guerra mundial y la posguerra acentúan la dinámica de las relaciones internacionales como disciplina científica en los Estados Unidos y en el Reino Unido extendiéndose por Europa Continental. Las relaciones internacionales se presentan a partir de entonces, como una ciencia occidental, típica de los Estados desarrollados. En América Latina, el estudio de las relaciones internacionales se presenta con características propias y no muy asimilables a Europa y a EE.UU. 
Celestino del Arenal, señala en su obra introducción a las relaciones internacionales que " la concepción que hace de las relaciones internacionales una rama de la ciencia política es, desde nuestro punto de vista, una concepción restrictiva de las relaciones internacionales, pues tiende ineludiblemente a reducirlas a la política internacional, cuando ésta no se agota en el campo de las relaciones internacionales. Las relaciones internacionales son un complejo relacional en el que se integran relaciones que no son estrictamente políticas, por lo que, equiparar, a las relaciones internacionales, como disciplina científica, con la ciencia política, hacerla política internacional, pero en todo caso, esa zona de que la que se ocupa la ciencia política y, en consecuencia, la política internacional, es sólo una parte del objeto del estudio de las relaciones internacionales en cuanto a ciencia. Las relaciones internacionales, por tanto, no son ciencia política la noción de ciencia es relativa, es objeto de una amplia discusión en orden a su aplicación a lo que se denominan ciencias sociales. El tema de las relaciones internacionales como disciplina científica plantea una cuestión central: ¿la disciplina de las relaciones internacionales constituye una ciencia autónoma, es decir, tiene una perspectiva científica propia o constituye parte de otras ciencias sociales ya consagradas? El problema deriva de la génesis de las relaciones internacionales como disciplina científica, dada que han intervenido otras ciencias sociales, como la historia y el derecho.
En el universo de las relaciones internacionales interactúan actores internacionales que son los Estados-Nación, los actores su nacionales como son las regiones, los foros y organismos internacionales; en cuanto a actores no estatales podemos mencionar a las ONGs internacionales, ONGs de investigación, partidos políticos, actores religiosos, grupos étnicos, grupos ilegales, las empresas multinacionales, actores financieros, empresas de medios de comunicación entre otros.
Las relaciones internacionales, son el estudio de la política exterior, relaciones exteriores y política internacional. Siendo la política internacional la interacción de los intereses nacionales de los Estados.

Revolucion Rusa, Revolucion China, Revolucion Cubana.


REVOLUCION CHINA
Desarrollada entre 1945 y 1949, la Revolución China enfrentó a nacionalistas y comunistas, triunfando estos últimos encabezados por Mao-Tse-tung, quien implantó un régimen comunista con base en el campesinado, sin dejar de tener inconvenientes con la URSS. En el año 1934, Mao Tse Tung había emprendido la denominada larga marcha, en donde trasladó a su ejército por gran parte del país expandiendo su ideología y  sumando nuevos focos guerrilleros. Luego de una tregua a raíz de la invasión japonesa durante la segunda guerra mundial, el conflicto civil en China se desató.
Una de las mayores aspiraciones de Mao era transformar a China en una potencia mundial, para lo cual implementó una reforma a la que se le denominó 'el gran salto adelante', momento en el cual el Estado comenzó con la expropiación de latifundios y con un proceso industrializador basado en su potencial humano. A partir de los años 70 China se acerca a Occidente, a tal punto que el Presidente de EEUU, Richard Nixon visita el país en 1972. La muerte de Mao en 1976 marca el inicio de un proceso definitivo de occidentalización y apertura, hecha igualmente sobre las bases de un partido comunista único.


REVOLUCIÓN CUBANA.
La revolución cubana fue el proceso revolucionario que a partir de 1959 convirtió a Cuba en un país socialista liderado por Fidel Castro, si bien, por extensión, también se considera como tal al conjunto de radicales transformaciones que el gobierno de aquél provocó desde entonces en la isla.
Podemos encontrar en Cuba dos períodos claramente diferenciados: antes y después de 1959. Si queremos analizar correctamente la revolución cubana debemos tener en cuenta estos dos períodos, así como los acontecimientos más importantes que se dieron en cada uno de ellos. Desde nuestro punto de vista no se puede definir a la revolución cubana como algo productivo, o por lo contrario, como algo contraproducente, pues sería disminuir algo tan importante, de tanto legado, hasta hacerlo insignificante como una simple cuestión de conveniencia. 
Dado todo esto, nuestra intención es analizar la eficacia de la revolución cubana, sin dejar de lado factores, incluyendo la mayor cantidad de hechos posibles, y partiendo de la investigación del tema, adentrarnos en el mismo, y lograr la conclusión a la hipótesis.
Para esto es necesario introducir al lector en lo que comenzaría a ser un factor detonante en la vida de un ciudadano cubano, desde el comienzo, y que en un momento decidió el futuro de ésta gente y de las futuras generaciones, es decir, la decisión de apoyar a los revolucionarios y hoy en día ser el único país comunista del hemisferio occidental.
Si vamos a hablar de la revolución cubana es necesario ahondar en distintos conceptos como ser castrismo, marxismo o comunismo, para comprender completamente este proceso y no solo parte de él.
Desde nuestro punto de vista, la Revolución Cubana fue una obra colectiva del pueblo y no de sus dirigentes. La Revolución se llevó a cabo porque durante el régimen de Batista había gran descontento en la población, siendo Fidel y otros dirigentes los que recondujeron las demandas del pueblo. Por esto consideramos que el mito, que le considera como único artífice de la revolución, es erróneo, a pesar de la situación actual de Fidel en Cuba. Hoy en día, no todo el pueblo cubano se identifica con Fidel, se critica su sistema de gobierno, tanto dentro como fuera del país, e incluso hay disidentes, como se demostró con la crisis de los balseros. De aquí que consideremos que es equivocado identificar al pueblo cubano con Fidel.
Todas estas críticas y conflictos, tanto internos como externos, han llevado a Fidel a tener un complejo de indispensabilidad para el desarrollo del pueblo cubano, al tener la certeza de que tras su desaparición de la escena política, el imperialismo estadounidense saldría victorioso del conflicto ideológico, mantenido durante tantos años. Este podría ser un motivo por el que nunca ha llegado a convocar elecciones libres, si bien hoy día el contexto político es distinto en la isla, Cuba ya no es una amenaza para los Estados Unidos, pero estos siguen presionando a la isla por los fuertes intereses económicos y políticos derivados de los grupos de presión de exiliados cubanos en Miami, y Fidel parece defender el modelo social que se ha creado en la isla, porque en lo económico ya se a abierto a Europa, Japón y Canadá, entre otros, pero en lo político se mantiene con mano de hierro.
Esta lucha entre el imperialismo estadounidense y Cuba nos lleva a compararlo con la lucha entre "David" y "Goliat", aunque aún no se puede decir quién es el vencedor final, pero de momento el vencedor sería Cuba en el aspecto psicológico. Por otro lado hemos considerado a Fidel como "El Quijote" que lucha contra el imperialismo, a pesar de que en un pasado cercano fue el referente del socialismo mundial.
La política ejercida desde EE.UU. hacia la Cuba revolucionaria provocó la profundización de la Revolución. Creemos que la sociedad cubana, al verse amenazada por esa política, radicalizó sus posturas para mantener los pilares de la Revolución. A nuestro entender, el intervencionismo de EE.UU. (bloqueo económico, represión, intervención directa...) ha influido en la situación actual de Cuba.
Actualmente no vemos viable la posición cubana en el sistema internacional, ya que tras la caída de la Unión Soviética, la estructura del sistema internacional ha hecho que Cuba quede aislada e indefensa. La política anti-castrista de EE.UU. ha repercutido en las políticas de Europa Occidental, provocando que ese aislacionismo sea aún mayor, y que el gobierno cubano tenga que ceder ante las presiones a las que es sometido
Como última conclusión queremos señalar que el éxito de la Revolución Cubana nos ha hecho ver que era posible luchar contra el imperialismo estadounidense, y así se lo hizo ver a casi todas las naciones latinoamericanas, en las que se produjeron, levantamientos, revoluciones y políticas anti-estadounidenses, a raíz del triunfo cubano y la influencia de su modelo revolucionario.
Como reflexión final hay que señalar que las revoluciones siempre van seguidas por unos regímenes autoritarios de signo neofascista. El fracaso del decenio insurgente o revolucionario, como se le ha venido a llamar, no fue más que parte de las malas adaptaciones del modelo cubano y por supuesto, de la intervención de EE.UU.


LA REVOLUCIÓN RUSA
 Es uno de los acontecimientos de la historia del siglo XX qué más han influido en él. Se trata de un fenómeno complejo. En sentido estricto la revolución rusa sólo es la de 1917, pero hasta llegar ahí conviene estudiar todos los procesos revolucionarios desde 1905, y es que se trata de un continuo con altibajos.
La Revolución rusa ha sido motivo de debate desde diferentes ámbitos desde sus comienzos. Los sucesos que tuvieron lugar en Rusia en los primeros años del siglo XX han marcado la historia y las relaciones internacionales de todo el siglo. Las interpretaciones se hacen desde diversas posiciones ideológicas.
Una de las posiciones de la interpretación de la Revolución rusa es la de los emigrados, que se preguntan si era legítimo hacer la revolución en un país poco desarrollado. Esta es la posición que defiende Miliúkov, para asegurar que la revolución fue precipitada y que hubiese sido mejor quedarse en una revolución burguesa.
Otra posición es la de la izquierda occidental, con gente como Rosa Luxemburg y Karl Kautsky. Para ellos la Revolución rusa no es una auténtica revolución socialista al no haber intervenido en ella una base mayoritaria (bolchevique) que asegurase la democracia.
Una disidencia importante dentro de la URSS fue la de León Trotski. El cisma trotskista sostiene que la revolución de 1917 fue legítima por tener un objetivo universal y permanente contra el capitalismo, pero la revolución fue secuestrada por Stalin apoyándose en una burocracia nueva creada desde el Partido Comunista. Su tesis de socialismo en un solo país fue un error decisivo que paralizó la revolución y la condenó a convertirse en una dictadura de partido, sin pretensiones de extender la revolución a todo el mundo, si no de controlar la sociedad y la economía de un país.
Otro punto de vista es el del liberalismo occidental. Estos ven un paralelismo entre el régimen nazi y el comunista; a ambos les llama totalitarismos, sin darse cuenta de las profundas diferencias que existen entre una dictadura de base oligárquica que sirve al gran capital y una dictadura de partido, que sirve a sus propios intereses.
También nos encontramos con la teoría de la convergencia, según la cual todos los regímenes evolucionan de manera semejante, independientemente de sus intenciones, en virtud del crecimiento económico y la industrialización del país. Esta es una teoría finalista, con algo de marxismo en sus análisis, que defiende desde EE UU John Kenneth Galbraith, y desde la URSS Andréi Sajarov.
Para los liberales del mundo entero, la Revolución rusa está dentro de un proceso histórico que desemboca en el modelo liberal y la democracia parlamentaria; que a la postre es el régimen más perfecto que se conoce. La revolución no sería más que un periodo de transición antes de llegar al final. Es también una teoría finalista de la historia, pero en la que el impulso de la misma es político y no económico.
También está el modelo conservador. Esta es una teoría cíclica en el que la historia se debate entre momentos revolucionarios y momentos conservadores en un movimiento pendular que va de un extremo a otro.
Por último tenemos la interpretación marxista, que es la oficial en la URSS. Según esta interpretación la revolución fue el producto de la lucha de clases y creó un Estado donde la dictadura del proletariado defiende los intereses del pueblo. Fue la primera revolución proletaria de la historia, y no tiene relación con el ciclo de revoluciones burguesas que se inicia con la Revolución francesa.
Pero la Revolución rusa fue un fenómeno complejo en la que hay varias fases, o varias revoluciones sucesivas.
La Formacion de los Bloques Ideologicos de poder: Capitalismo Vs. Socialismo.
El capitalismo es un sistema económico en el que los individuos y las empresas llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios. Quienes crean o adquieren capital permanecen como sus propietarios (capitalistas) durante el proceso de producción, siendo privada la titularidad de éstos medios.
El socialismo es una ideología de economía política que defiende principalmente un sistema económico y político basado en la socialización de los medios de producción, que puede ser no-estatal (propiedad comunitaria) o estatal (nacionalización), así como puede ser democrático o dictatorial. Por ello al socialismo se lo asocia a la idea de búsqueda del bien común e igualdad social. La titularidad de los medios de producción es pública y está en manos del Estado.
En la teoría, ambas ideologías aseguran el bienestar de la población en general: según el Capitalismo, el trabajador va a recibir más salario, mientras su trabajo produzca más ganancia. Esto beneficia tanto al obrero como al capitalista, ya que el último tendrá más posibilidades de vender sus mercaderías, siendo que los obreros tendrán más poder adquisitivo. Todos ganan y enriquecen; El Socialismo critica ésta teoría proponiendo que las fábricas sean de todos. Serán administradas por el gobierno y las ganancias serán destinadas al bien general, como obras y servicios públicos.
En una sociedad capitalista, la persona tiene la posibilidad de crecer económicamente, pudiendo poseer una empresa o fábrica, grandes cantidades de tierras cultivables, o cualquier otro medio de producción masiva. La contra es que ésta carrera por el bien material lleva a la gente a tratar a otros seres humanos como materia prima o solo un medio para conseguir ganancias. El Poder está en el Dinero.
En el socialismo todos tienen las mismas posibilidades y todos trabajan para el bien de la comunidad, no solo para el bien propio. La contra es que esto no siempre se cumple, y generalmente, al ser el gobierno dictatorial (según la teoría, la democracia llega al final, después de un período de organización), el gobierno llega a tener un control inmenso. El Poder está en el Estado.
Como ideas ambas tienen "buenas intenciones", pero la realidad es otra, el problema no es tipo de sistema, sino es el ser humano en sí.
El socialismo busca un bien común, que todos tengan cierto grado de igualdad y bienestar común, beneficios comunes entre todos, y así se evita extremos de pobreza. pero la realidad es otra, donde los que deben administrar ese bien común se quedan con casi todo y dejan las sobras para los demás que es la comunidad, y como los que reparten se quedaron con casi todo, el bien común que queda es la pobreza.
El capitalismo tiene como idea de que cualquier persona si le pone empeño, progresa en base a una inversión de capital, en si a diferencia del socialismo, cada persona tiene la oportunidad de sobresalir hasta donde la persona esté dispuesta a progresar pero la realidad es otra, con el hambre de conseguir más poder y dinero, el ser humano fue capaz de hacer "horrores", aplastando al que quiere progresar, manteniéndose sobre los demás como sea, incluso llegando a matar.
El problema con ambas ideologías es la codicia, la corrupción, el robo, abuso de poder, avaricia de las personas que obtienen poder.

Del Mundo Bipolar al Mundo Unipoloar.


La URSS Despues de la perestroika:
El surgimiento de un mundo unipolar permitió el dominio militar y económico del bloque occidental y, en particular, de los EE.UU. Pudieron así ampliar la economía de mercado en áreas insospechadas, como China, Rusia y Europa del Este.
La unipolaridad permitió incorporar a la Unión Europea y a la OTAN a países que antes eran miembros del Pacto de Varsovia. Se configura un sistema mundial único, en el plano económico, político y militar bajo dirección norteamericana. Un único imperio mundial, aun con las contradicciones y conflictos internos, reina en el mundo. Las guerras se suceden desde el bloque dominante en contra de las áreas de resistencia a su dominación como Yugoslavia, Irak, Afganistán.
El mundo unipolar se agota, América Latina, sigue siendo el patio trasero de los Estados Unidos. Los ojos de Norteamérica, están enfocados en el Medio Oriente, si no existen las guerras, hay que crearlas. Los productores de armas, que conforman un gobierno paralelo, deben buscar mercado para sus armas más sofisticadas.
Israel, y otras naciones del Medio Oriente, son sus más potenciales clientes, que ante la escalada militar, deben buscar la seguridad nacional de sus fronteras. Observamos que el precio del petróleo va a rondar cifras históricas de los cien dólares, impactando a las economías del mundo occidental, que dependen de él.
Con todo este panorama, el mundo ve con buenos ojos el fin del mundo unipolar, y el concierto de naciones se empieza a mover, hacia un mundo bipolar, y podríamos ser aún más ambiciosos, de pensar que vamos a un mundo tripolar, con equilibrios internacionales, que mantengan al mundo más seguro.
No sería muy arriesgado prever que la época de la unipolaridad global está llegando a su fin, y no es el Final de la Historia, aunque sólo haya durado una docena de años. Parece que en lo adelante surgirá una nueva estructuración del mundo con tres polos evidentes. En unas décadas podríamos estar viviendo en un mundo en el que, no sólo Estados Unidos, sino también la Unión Europea y la República Popular China sean los puntos de referencia para cualquier situación. Un polo en evidente retroceso y otros dos en sostenido avance. Para entonces quizás la OTAN haya desaparecido y la ONU se mueva en silla de ruedas con un balón de oxígeno a cuestas. Pero la humanidad parece que ya no soporta seguir siendo controlada unilateralmente por quien sólo busca pendencias para ampliar sus ganancias y resarcir sus fraudulentos manejos financieros, como los que se dieron en la reconstrucción de Iraq.
Cuando el bloque socialista empezó a desmoronarse a finales de la década de los años 1980 nos dimos cuenta que el mundo no sería el mismo de antes. Ya la Unión Soviética no serviría como contrapeso de Estados Unidos, lo cual le permitía ciertas veleidades libertarias al tercer mundo. Supusimos que con el fin de la "guerra fría" terminaría la carrera armamentista y con ella alcanzaríamos la paz. Pecábamos de ignorantes por desconocer la insaciable voracidad del capitalismo globalizado que necesita tener enemigos, reales o inventados, para que su maquinaria industrial bélica genere beneficios enormes. Contrario a nuestras expectativas, el mundo unipolar en el que sólo Estados Unidos toma las decisiones cruciales provocó más enfrentamientos bélicos que ninguna otra época de la historia.
El mundo unipolar se agota, América Latina, sigue siendo el patio trasero de los Estados Unidos. Los ojos de Norteamérica, están enfocados en el Medio Oriente, si no existen las guerras, hay que crearlas. Los productores de armas, que conforman un gobierno paralelo, deben buscar mercado para sus armas más sofisticadas.
Israel, y otras naciones del Medio Oriente, son sus más potenciales clientes, que ante la escalada militar, deben buscar la seguridad nacional de sus fronteras. Observamos que el precio del petróleo va a rondar cifras históricas de los cien dólares, impactando a las economías del mundo occidental, que dependen de él.
Con todo este panorama, el mundo ve con buenos ojos el fin del mundo unipolar, y el concierto de naciones se empieza a mover, hacia un mundo bipolar, y podríamos ser aún más ambiciosos, de pensar que vamos a un mundo tripolar, con equilibrios internacionales, que mantengan al mundo más seguro.
No sería muy arriesgado prever que la época de la unipolaridad global está llegando a su fin, y no es el Final de la Historia, aunque sólo haya durado una docena de años. Parece que en lo adelante surgirá una nueva estructuración del mundo con tres polos evidentes. En unas décadas podríamos estar viviendo en un mundo en el que, no sólo Estados Unidos, sino también la Unión Europea y la República Popular China sean los puntos de referencia para cualquier situación. Un polo en evidente retroceso y otros dos en sostenido avance. Para entonces quizás la OTAN haya desaparecido y la ONU se mueva en silla de ruedas con un balón de oxígeno a cuestas. Pero la humanidad parece que ya no soporta seguir siendo controlada unilateralmente por quien sólo busca pendencias para ampliar sus ganancias y resarcir sus fraudulentos manejos financieros, como los que se dieron en la reconstrucción de Iraq.
Cuando el bloque socialista empezó a desmoronarse a finales de la década de los años 1980 nos dimos cuenta que el mundo no sería el mismo de antes. Ya la Unión Soviética no serviría como contrapeso de Estados Unidos, lo cual le permitía ciertas veleidades libertarias al tercer mundo. Supusimos que con el fin de la "guerra fría" terminaría la carrera armamentista y con ella alcanzaríamos la paz. Pecábamos de ignorantes por desconocer lo insaciable
La Perestroika.
La Unión Soviética nació en 1917. Esta fue una nación poderosa la cual llegó a un alto nivel de industrialización y llegó a ser una de las potencias mundiales más poderosas del mundo, por no decir la más poderosa. La URSS aportó mucho en campos de la medicina, investigación espacial y nuclear, y muchos otros. Jamás se pensó que una nación tan poderosa se derrumbara de la manera en que lo hizo, más que todo por una reforma hecha por su presidente.
La perestroika es una palabra en ruso que significa “reestructuración. Este es un término utilizado por el presidente Soviético Milhail Gorbachev para describir su programa de reformas el cual se implementó entre los años 1985 y 1991. Es considerada también como un movimiento reformador que sentó las bases de la demolición de la herencia Stalinsta. El objetivo de la Perestroika era rejuvenecer el sistema soviético, pero en vez de hacerlo, las reformas causaron la caída del sistema y la disolución de la URSS. La perestroika afectó en los ámbitos económico, social y político.
Ámbito Económico:
En este ámbito solamente a través de un auténtico espíritu de innovación del mecanismo económico era que se podía desentrañar el potencial del socialismo, reforzando la productividad del factor humano. Esto era necesario hacerlo porque los soviéticos tuvieron una idea rígida de la planificación. Crearon los planes quinquenales (planos socioeconómicos de control de la producción, circulación, consumo y distribución por espacio de 5 años). El primero se instauró en 1928, para reglamentar la producción con el afán de contrapesar la crisis de acumulación del sistema a fin de evitar el enriquecimiento de unos y el empobrecimiento de otros. Esto en teoría sonó muy bien, pero en realidad la cosa fue radicalmente distinta. En el período 1928-1985. La Ley del valor siguió operando igual que en el capitalismo y la explotación no desapareció del todo. Una mayor acumulación de capital en manos del estado no garantizó tampoco que la lucha de clases despareciera.
La que se trataba con la Perestroika es que el ser humano en el socialismo fuera dueño de la producción en los hechos y no de palabra. Sin esto no hay y no podía haber interés del trabajador y de los colectivos por los resultados de su trabajo.
Se trataba de democratizar la economía desde la empresa, desde abajo, basándose en el mecanismo económico para convertirse en una poderosa palanca, en una correa transmisora que impulsara el trabajo bueno, emprendedor y con iniciática. Se partió de las necesidades sociales reales, la propia empresa tuvo que determinar el plan de fabricación y realización de la producción. Las empresas tuvieron que ser colocadas en tales condiciones que desarrollarán entre la emulación económica por una mejor satisfacción de la demanda de los consumidores, mientras que los ingresos de los trabajadores tenderían a estar vinculados con los resultados finales y con la ganancia.
Con ello se evitaría a la larga, suplantar las decisiones desde un escritorio sobre qué, cómo y cuánto producir y distribuir.
Ámbito Social:
Se buscó elevar el nivel de vida de la población, eliminar la tensión del problema de la vivienda, producir más alimentos, elevar la calidad de las mercancías, desarrollar la esfera de los servicios y la salud pública. No se podía seguir sacrificando al pueblo soviético en una demencial carrera armamentista, gastando millones de rublos en la inversión militar.
Los fenómenos del estancamiento en la sociedad también afectaron a los soviéticos en el ámbito de la educación: aquí se incurrió en la autocomplacencia con lo alcanzado. La orientación fundamental de la reforma radical de la enseñanza media y superior, fue preparar a la juventud para el trabajo, tomando en consideración las exigencias del progreso científico.
En materia sindical los sindicatos se acuerparon bajo una reforma legal, que les daría potestad para ser partícipes del delineamiento de la seguridad social, el servicio de sanitarios y balnearios para los trabajadores, el turismo, la cultura, física, el deporte, el descanso de los niños y la atención de su salud , todo quedaría en manos de los sindicatos. Por ésta razón la administración política no podía seguir manteniendo esas prerrogativas, lo cual obstaculizaba al sindicato para ejercer con eficacia sus derechos.
Ámbito Político:
En el pasado el socialismo aunque fantaseaba can la idea de ser una respuesta al capitalismo en expansión, degeneró en mera burocracia de partido, se transformó en capitalismo de estado después de 1924, ya que en realidad no pudo ir más allá de plantear una competencia por los modelos de desarrollo estatal del capital que en nada se diferenciaron de las políticas del estado benefactor capitalista de occidente, sobre la participación del sector público en el crecimiento del sistema y la superación de la crisis.
La perestroika entonces se diseñó para erradicar de una vez por todas las prácticas stalinistas en Rusia. Pero no para atajar el avance del proyecto socialista momentáneamente detenido entre 1924 y 1953. Gorbachov quiso resistir la herencia de Lenin proponiéndola en contra del stalinismo. Pero como se verá este resultó demasiado poderoso para ceder una maquinaria que costó un sacrifico enorme levantar.
Mientras tanto, Gorbachov con la mayoría del pleno tribunal supremo apoyándole, creó a la par de las múltiples reformas de la Perestroika en clima de libertad intelectual y libre exposición de las ideas conocidas como transparencia formativa e informativa, cuyo nombre fue la Glasnost.
Siguiendo con la reestructuración política intentada por los soviéticos, éstos permitieron la erradicación del monopolio político ejercido por el PCUS en la vida estatal soviética. Esto implicó la irrupción de nuevas fuerzas sociales al escenario de la vida cultural del la sociedad. Se reconocieron los derechos de la vida civil de grupos como los cosacos y se permitió la participación activa de grupos pro-democracia liberal, grupos religiosos que durante décadas habían permanecido en la clandestinidad. En política extranjera permitió el movimiento del sistema satélite soviético en Europa Oriental y terminó con la guerra fría con el oeste.
En agosto de 1991, un fracasado golpe de estado por sectores opuestos a las reformas de Gorbachov provenientes del PCUS, puso en evidencia que se habían desbordado las metas políticas de la Perestroika. Este hecho consumó finalmente la desintegración de la URSS. Gorbachov cedió el poder en favor de quien había sido electo presidente de la Federación Rusa: un ex comunista llamado Boris Yeltsin, cuando ya el proceso de desarticulación de la URSS era imparable. El partido comunista fue abolido mientras que las Repúblicas Bálticas, Ucrania, Georgia y otras se declararon independientes. Desapareció la URSS y en su lugar apareció una frágil unión denominada CEI (comunidad de Estados Independientes) en la que no se integraron las Repúblicas Bálticas.